"A Manny Pacquiao sólo le puede ganar un peleador más inteligente que él y, sinceramente, creo que Margarito podrá ser más fuerte, pero dudo que sea más inteligente".
-Nacho Beristáin
La batalla para este sábado va mucho más allá de Antonio Margarito para Manny Pacquiao, es mucho más que Pacman para el Tornado de Tijuana, es un evento que los supera a ambos aún y cuando se alcen con la victoria, su nombre quedará más allá de los seres humano que ambos son: serán reliquias de la historia del boxeo.
-Nacho Beristáin
La batalla para este sábado va mucho más allá de Antonio Margarito para Manny Pacquiao, es mucho más que Pacman para el Tornado de Tijuana, es un evento que los supera a ambos aún y cuando se alcen con la victoria, su nombre quedará más allá de los seres humano que ambos son: serán reliquias de la historia del boxeo.
Nunca como antes una pelea parece imposible de ganar como para Margarito, nunca como antes las apuesta lo han tenido en la lona antes de que suba al cuadrilátero y nunca como antes la credibilidad en el ha sido tan baja; desde los días aciagos de los yesos muchos creen que el fantástico bombardero sólo fue trampas y un cuento de hadas. A nadie se le engañó, Margarito no es uno de los 10 mejores boxeadores de la historia de México, ni siquiera está entre los primeros 30, por su estilo rústico y por las graves deficiencias que nunca pudo resolver; el 13 de noviembre, sin embargo, tendrá la oportunidad de encumbrarse como ningún mexicano ha podido en los últimos años: ganarle al mejor libra por libra del mundo.
La bendición de su madre, por otro lado, acompaña a uno de los más fantásticos escaladores del boxeo mundial; parece increíble que en 10 años Pacquiao haya pasado de un campeonato mundial mosca a uno welter, pero parece más increíble que contrario a la sencillez que caracteriza a este púgil, muchos quieras compararlo con figuras como Mohamed Alí y Sugar Ray Leonard. Parece increíble, también que los cinco títulos ganados a pulso por el filipino quieras ser agrandados a ocho; este sábado el devorador de mexicanos subirá con la mirada puesta en su séptima corona, de ganarla se pondría a la altura de otro campeón moderno, Óscar de la Hoya, pero no podrá ser ni siquiera de los mejores 30 de la historia mundial.
Escalador espectacular
Para quien ha visto las peleas de José Mantequilla Nápoles, no le parece complicado llegar a la conclusión de que Pacquiao no se compara a este cubano (mexicano por adopción), quien ha visto las peleas de Miguel Canto podría opinar lo mismo, ¿podría ser un superpluma tan letal el filipino como lo fue Julio César Chávez?, no. La clave para la fama y parafernalia del Pacman es el divino don que tienen muy pocos para convertirse en escaladores de títulos mundiales. No serán los mejores de todos los tiempos en ninguna de las categorías que pisen pero si dejarán su récord de ascender trepidantemente ante hombres cada vez más grandes y difíciles y, a pesar de todo, vencerlos.
Quizás el escalador más respetable sea Roberto Manos de Piedra Durán, quien escaló desde el peso ligero hasta el mediano, enfrentando a figuras indiscutibles como Pipino Cuevas, Wilfredo Benítez, Marvin Hagler, Sugar Ray Leonard, al que tuvo la oportunidad de ganar, y Thomas Hearns, quien fue el hombre que lo noqueó más dramáticamente. Todos en sus mejores condiciones y a todos dando batallas memorables que lo hicieron monarca en cuatro divisiones y hoy uno de los personajes más respetados de la fistiana.
El caso de Pacquiao es similar en cuanto a la forma de ascender y quizás de una manera más sorprendente, pero no olvidemos que el único campeonato que ha ganado con gran mérito ha sido su victoria apabullante ante Miguel Cotto, otrora mejor libra por libra del mundo y uno de los más sólidos hombres del peso welter; nadie esperaba que resistiera tanto y que metiera en tantos aprietos hace un año al mejor boxeador boricua en activo: Pacquiao ganó y ganó muy bien el OMB welter.
Pero no comparemos este título con Sasakul ni Ledwaba, que no eran panes cuando el filipino los venció, pero ni el tailandés ni el sudafricano eran boxeadores sólidos ni volvieron a ser campeones mundiales después de haber sido vencidos por la superestrella.
Pero no comparemos este título con Sasakul ni Ledwaba, que no eran panes cuando el filipino los venció, pero ni el tailandés ni el sudafricano eran boxeadores sólidos ni volvieron a ser campeones mundiales después de haber sido vencidos por la superestrella.
De las peleas con Juan Manuel Márquez tengo que reconocer que la primera contienda entre ambos, de 2004, con los cetros mundiales AMB y FIB pluma en juego, el Pacman debió alzarse con la victoria, con una diferencia irrisoria, pues las tres primeras caídas en el round inicial le dieron un gran colchón a Pacquiao, pero con una batalla épica inolvidable en la que el mexicano se levantó de la lona y vino desde atrás para darle una lección de boxeo que nunca nadie le había dado al asiático.
En el ínterin, Manny Pacquiao se forjó a sí mismo como una leyenda del boxeo al derrotar a los agresivos peleadores Marco Antonio Barrera y Erik Morales, que lograron coronas en supergallo, pluma y superpluma y que hoy, cuando sus mejores días han quedado atrás, tientan al destino con una cuarta pelea entre ellos, buscando una cuarta corona mundial que pula más su brillante lugar en el boxeo mexicano. Recordemos, sin embargo, que en una pelea al tú por tú, el Terrible metió más manos que el filipino y es el único mexicano que oficialmente le ha ganado una contienda.
La segunda batalla con Márquez llegó en 2008 y tengo que reclamarlo, fue una victoria contundente del Dinamita y mancha el historial de Manny la forma en que se le concedió el título CMB superpluma en una ilógica DD a favor del filipino. Márquez de nuevo demostró ser un peleador más completo que Pacquiao a pesar de visitar de nuevo la lona. A pesar de la excesiva precaución que jugó el capitalino, ha sido el último púgil que le ha mecido la barba y las piernas al filipino con una mano diestra colocada en el punto clave: la mandíbula que Pacman deja al descubierto cuando lanza frenético su veloz cruzado de izquierda.
Es verdad que Pacman le ha ganado a boxeadores mexicanos de renombre como los triples campeones Barrera y Morales; a los campeones Óscar Larios, Jorge Solís, y a los boxeadores con genes mexicanos David Díaz y Óscar de la Hoya, pero es verdad que a excepción de Solís, que aún tiene un buen trecho por recorrer, y de Juan Manuel, que es un caballo de larga hacienda, los demás han peleado con él cuando la mejor parte de sus carreras había pasado. Eso es un escalador y el hecho de que la categoría más exitosa para Pacquiao haya sido el supergallo con cuatro defensas y de que nunca haya unificado títulos nos dan mucho qué pensar de este gran boxeador.
Quien no recuerda la pelea ante Solís, el mexicanos estaba haciendo su trabajo acostumbrado y venciendo a los puntos al filipino cuando la prodigiosa mano chocó de lleno contra la mandíbula del Coloradito y lo mandó a dormir. Quien no recuerda la pelea ante el Chololo y lo complicado que le resultó a Pacman conectar definitivamente al mismo hombre que Israel Vázquez noqueó en dos ocasiones: Pacquiao lo tuvo a modo en dos ocasiones.
No es el mejor del mundo, por supuesto, pero sí el más espectacular de la década. No es el mejor de la década, pero si el que ha movido más millones de dólares con el pago por evento, venta de boletos y apuestas. Incluso yo mismo duplique la modesta suma que aposté a Pacquiao cuando enfrentó al Golden Boy. Disfrutemos su extrema velocidad y su mítico cruzado este sábado, porque de otras cosas la roca de Joshua Clottey ya nos enseñó que a Manny le faltan muchos recursos de boxeo y ya no los podrá dar.
Con la victoria Manny Pacquiao se meterá a la estadística como campeón en seis diferentes divisiones, algo que Óscar de la Hoya ya logró antes, un récord dificil de empatar y más aún de que un ser humano normal pueda superar.
Con la victoria Manny Pacquiao se meterá a la estadística como campeón en seis diferentes divisiones, algo que Óscar de la Hoya ya logró antes, un récord dificil de empatar y más aún de que un ser humano normal pueda superar.
El modelo de boxeador mexicano
Muchos, insultando la memoria tan diversa de nuestro pugilismo, detallan que el boxeador mexicano invariablemente es Antonio Margarito. El hecho de que uno de los más populares peleadores de México y quizás uno de los 10 mejores de nuestra historia sea Rubén Olivares parece ayudar este argumento, pero es evidente que con el mal boxeo del oriundo de Tijuana muy difícilmente se puede llegar a campeón del mundo si no se tienen tres cosas fundamentales: hambre, corazón y pegada.
Muchos, insultando la inteligencia del aficionado al boxeo promedio, han denostado hasta el cansancio a Margarito con el hecho de que es un peleador mediocre, su pegada se ha encargado de resolver ese problema. La cuestión, ahora, es la veracidad de su pegada y el hecho, que también insulta la inteligencia promedio humana es el hecho de que placas de yesos sean suficientes para lograr una pegada tan poderosa como la del Tornado de Tijuana. Hay que preguntarse en esta cuestión cuantas veces ha sufrido fracturas Antonio Margarito, cuantas veces lo han noqueado por su estilo tan frontal o por su defensa tan desastrosa. La cuestión es el hecho de que sus huesos son muy densos y eso, con sendos cabezazos, ya lo demostró el boricua Daniel Santos: el peor enemigo de Margarito es la fuerza de sus huesos y lo frágil que se ha vuelto, al paso del tiempo, la piel de Tony.
Quizás no sea el mejor púgil del mundo ni de la historia mundial, quizás no sea el mejor boxeador mexicano, quizás no sea ni siquiera el mejor welter que nuestro país ha conocido, quizás ni siquiera su figura sea la más representativa del siglo XXI, pero es indudable que los retos se le dan mejor a Margarito que permanecer en la cima. Me recuerda la figura del Gato González, un peleador un terrible noqueador con quizás más fama que Margarito, pero que nunca pudo ser campeón del mundo, hablo del Gato que compartió cine con Kid Azteca, el mismo que ha pasado muchos desaguisados en su vida.
Margarito comenzó su periplo un febrero de 2000; después de seis años de nocauts espectaculares y de peleas del montón, a Tony le dan la oportunidad de pelear contra una estrella en ascenso, un peleador invicto y el más difícil que se le puede ofrecer a un hombre lento como el Tornado y sólo ofensiva como el orgullo de Tijuana: le ofrecen ser el escalón y la presentación de Sergio Gabriel la Maravilla Martínez. Admiro y reconozco que el peleador argentino es uno de los mejores y menos seguidos de nuestra era y claramente es uno de los boxeadores más injustamente evitados y robados, pero con felicidad recuerdo esa pelea, en la que el pampero le dio un baile a Antonio Margarito y éste, respondiendo a la danza siniestra del actual campeón CMB mediano, le regaló anestesia y su única verdadera derrota.
Vino entonces Daniel Santos y su cabeza evitó la coronación de Margarito en su primera oportunidad mundial. Posteriormente llegó el título vacante OMB y el reino más holgado de Margarito, en el que completó siete defensas exitosas después de poner KO a Antonio Díaz. En el ínterin, vino de nuevo Santos y la oportunidad del cinto OMB superwelter y al igual que lo ocurrido con Martínez, Tony fue inferior en general al puertorriqueño, pero de a poco el mexicano lo fue avasallando y cuando lo tenía a punto del nocaut vino de nuevo la cabeza de Santos y no la descalificación para el isleño sino una decisión adversa a Margarito.
En 2007 Paul William demostró que los peleadores negros y los peleadores más altos son los que se le dificultan a Margarito y le arrebató el título en una fragorosa batalla donde más que nunca sufrió el Tornado de Tijuana para hilar combinaciones y para conectar la mandíbula de la cobra negra. El estadounidense se alzó con la DU y pareció enterrar el nombre de Margarito en la historia del boxeo puesto que otro elemento saltó a la vista, las 147 eran ya muy difíciles de lograr para el mexicano.
Apenas un año después le ofrecieron a Margarito la revancha ante el terrible noqueador Kermit Cintrón, al que ya había vencido por la vía rápida en 2005. La gente del boricua creyó que era la mejor carta para dar renombre al nuevo campeón FIB welter, se equivocaron de hombre y entregaron el titulo en una pelea dramática en la que Cintrón aporreaba con todo la cabeza de Margarito al inicio d round, pero al termino estaba a punto de lona con los bombazos del mexicano. Tony ganó y se ganó la oportunidad de retar al mejor welter del mundo.
Hasta el momento la pelea más recordada de Margarito, encontrarse con un peleador completo y seguirlo, seguirlo, no parar aunque sus pesados puños se insertarán en mandíbula y cejas. No parar aunque el cansancio era evidente y buscar ese huequito, el golpeo al cuerpo y poco a poco deshilachar a Miguel Ángel Cotto, obligarlo a hincarse y alzarse con la gloria y con el título AMB welter, sólo para dejarla en la primera defensa, en enero de 2009 frente a Shane Mosley.
Antonio Margarito tiene su lugar, modesto, en la historia del boxeo mundial y mexicano, pero la pelea con Pacquiao le abre la puerta de cerrar con broche de oro su trayectoria. Si lo logra podrá cubrir con arena el yeso que le han inventado, sólo si gana, lo que es muy difícil, pero sabemos que es lo que a él le gusta enfrentar; podría ser llamado "el hombre que retiró a Pacquiao".