Aún con la tristeza por la derrota de Juan Carlos Burgos, nos complace esperar a la noche de este sábado cuando la luz y la sobra del boxeo combatan en los pesos intermedios. Márquez luce mucho en dorado y Hernández quiere salir de las sombras.
Desde las sombras
A pesar de tener una carrera engrosada en Estados Unidos, el nombre de Freddy Hernández poco dice al presente del boxeo mexicano. Este sábado el fajador originario de México DF, buscará salir de las sombras y dar la sorpresa ante unmuy cuidado campeón CMB welter: André Berto.
Hernández no es un mozuelo o un desconocido del boxeo internacional, pero a sus 31 años la oprtunidad que le dan, etiquetandolo de rival a modo para Berto, es la pelea más importante de su vida y un tren que de no tomar, acabará por ofrecerle un paso gris en este deporte. Ha enfrentado a Soto-Karass, Golden Jhonson, la Amenaza García y noqueó al ex campeón mundial Corley (el mismo que se le complicó al Chino Maidana).
Berto a peleado con rivales que son inferiores a él o a sido favorecido en caso de una apretada pelea (ya lo ha contado Collazo), por lo que tampoco es el mejor peleador del welter, pero sí uno de los mejor manejados del medio. A pesar de su récord de nocauts o de su brillante invicto, lejos está de las figuras como Mayweather, Cotto, Mosley, Margarito en ese mismo escalafon.
En términos de pelea, es muy cierto que Berto es la antitésis de Hernández: el Riel es muy lento y es poco creativo, el campeón improvisa y es un torbellino de golpes. Ambos tienen pólvora en sus nudillos y ambos carecen de un golpeo estilizado. El actual campeón es un hombre que sabe cambiar ante problemas imprevistos, Freddy parece jugar siempre con el mismo guión.
Las oportunidades del mexicano estarán mientras Berto decida intercambiar golpes cerca de las cuerdas; más pequeño y con una deficiente defensa que su velocidad oculta, estará a merced de un bombazo si se encarrila en golpes y no puede salir con facilidad. La jugada del estadounidense será golpear más y acabar poco a poco con la resistencia de Hernández.
Suena a pesimismo, pero creo que el mexicano será otro más en el récord impecable de Berto. Como siempre, espero me calle la boca con algo no tan espectacular pero sin tan inesperado como lo hecho por un argentino hace casi siete días.
Cuenta regresiva
Los días de Juan Manuel Márquez están contados. No porque la pelea de esta sábado sea la más peligrosa o dura que ha librado en su brillante carrera, sino porque ha entrado en el añejo camino de los campeones donde la decisión del retiro debe rondar para un hombre que ha puesto la bandera de México muy en alto, las peleas futuras, más que sus días, están contadas.
Especialista en el contrataque, el Dinamita ha llenado con creces ha sido en la última década el canon y norte del boxeo en México. Ha sido el único mexicano que le ha dado en dos ocasiones lecciones de boxeo a la super estrella Manny Pacquiao, ha sido tricampeón y sigue siendo campeón a diferencia de nuestros baluartes Barrera y Morales, quienes necesitan una pelea entre ambos más; Márquez no necesita nombres para llamar las luminarias, ya forjo hace mucho el suyo.
Aún pleno en facultades, este 27 de noviembre tendrá la misión de acallar a quienes lo han tachado de cobarde por sacar la vuelta a la pelea mandatoria del título OMB ligero frente a Michael Katsidis, el duro pegador australiano que desconoce el miedo y conoce a medias la técnica del boxeo: un toro muy duro.
La edad en estos casos es el principal riesgo de Márquez, todo por servir se acaba y la mandíbula de Márquez le ha salvado muchas peleas, también su cintura. Mas creo que Márquez se toma muy en serio su entrenamiento y se nota a leguas que el hambre y gusto por la fistiana siguen en él, en esas circunstancias Nicolino Locche venció a un Antonio Cervantes superior en condiciones físicas y mucho más joven.
Haciendo el boxeo destrampado y fuerte que acostumbra, Katsidis sólo facilitará el trabajo de Márquez aún y cuando su pegada esté latente toda la pelea. Los maxilares de Dinamita han probado la furia de Díaz, de Casamayor (que noqueó a Katsidis) y Pacquiao; el australiano pega mucho, pero no pega como Díaz y menos como Pacquiao.
Es verdad que en cuestiones físicas y de carrera, el retador va escalando y Márquez tiene, por naturaleza, que perder con el tiempo parte de su preciada calidad. Pero la pegada de Juan Manuel también estará presente y si el blanco cree que con acelerar la pelea evitará el trabajo del defeño, sólo probará la verdad que Juan Díaz recibió a cambio de su récord de golpeo en la pelea del año 2009.
Katsidis es más corto de brazos e intentará ser más veloz que Márquez para meterse poco a poco en una defensa probada y trabajada al estilo del gran entrenador Nacho Beristáin. Sobra decir que la pelea se espera para durar las 12 tandas si no ocurre un descuido del mexicano o una pelea poco inteligente del australiano.
Aún con la posibilidad de un derrota, el lustre en el nombre de Márquez es evidente marca de que vendrán aún una o dos peleas de cinco estrellas para él. Hay muchos rivales que necesita Márquez para retirarse con broche de oro, Katsidis no es uno de ellos, pero es necesaria una buena victoria para que no vuelvan, como pasó en la pelea ante Mayweather, a menospreciar a nuestro gran campeón.
Una unificación que demuestre quien es el mejor peleador mexicano del momento, una tentativa pelea en peso superligero ante los peligrosos campeones de la división o incluso, la pelea pendiente ante Erik Morales son posibilidades y nada más; Márquez, estoy seguro, nos regalará otra pelea expectacular más allá de este sábado.
Espero, en un futuro, Márquez comparta su técnica como entrenador: buena falta le hace al boxeo mexicano.