-Tú estás listo, Bernardo. Nunca volverás a pelear por el título. Estás 'sonado'.
De la novela "La Noche", de Andrés Bosch
Asustó a muchos las manera en que Berto deshizo con una fuerte diestra al Riel Hernández, pero en lo personal me asustó más la pesada forma en que Juan Manuel Márquez cayó a la lona en el tercer asalto frente a Katsidis, y aún más, la forma en que terminó agotando y machacando a un australiano que mucho supo meter ganchos y codos; con lo anterior podemos afirmar que este 4 de diciembre es una extensión del sábado pasado, el campeón CMB ligero enfrenta a un noqueador probado.
México y los ligeros del CMB
Las 135 libras (o los 61.2 kilogramos) se ha vuelto una divisón muy mexicana, al tener tres campeones, un unificado y el mejor de la categoría, además de la amenaza constante que dos leyendas del pasado hacen en este peso: Morales y Barrera; sumen a las jóvenes promesas DeMarco, Gutiérrez y Sánchez: ahí está la divisón ligera.
El título CMB, así mismo, podría parecernos más bien el título nacional del peso ligero, en la agenda dos contendientes mexico-americanos han suspirado por tenerlo. David Díaz ya sostuvo este cetro y no pudo recuperarlo en su pelea de marzo pasado ante Humberto Soto, y Brandon Ríos, que se ganó con buen golpeo y acero en la entrepierna la oportunidad de ser retador número, al vencer a Peterson.
Todos recordamos con gusto la clase que impartió y la clase que mostró Ana María Torres en la función del Bicentenario en la Plaza México, pero quien no recuerda la cerrada pelea que sostuvieron Rey Sánchez y el Tremendo Estrada, en la que el nezatlense se quedó con el título plata del organismo.
Así mismo, hay que traer a cuento a Antonio De Marco, un chico sinaloense-tijuanense, que muchas expectativas generó después de victorias memorables, después de noquear al Quiebrajicara Alfaro y convertirse en el último campeón interino del Consejo. Edwin Valero lo paró en una extraña pelea en los lejanos días de febrero y, en cercanas fechas, se suponía era el rival obligatorio para el campeón del CMB, parece que también está en la lista de espera.
Humberto Soto, quien sigue con la ilusión de volverse cuatro veces campeón mundial (le faltaría ganar un cinto en superligero y otro en welter), ha despachado a Ricardo Domínguez y espera salir avante contra su más peligroso rival desde que le regalaron la pelea ante Lorenzo (después de que a Lorenzo le regalaron la pelea ante Soto), el nombre del tigre: Urbano Antillón.
El noqueador tocao'
Muchas expectativas generó entre los aficionados a este deporte el boxeo desarrollado por Urbano Antillón desde el año 2000 hasta su pelea ante Miguel Acosta, en julio de 2009. No sólo pegaba y asimilaba, sino porque salía al ruedo con un hambre de triunfo que en mucho tiempo no se vio entre nuestros boxeadores.
La mala noticia fue que, a pesar de que cada rival que fue enfrentando era cada vez más complicado, Antillón falló en la hora cumbre ante un buen peleador; el maduro venezolano mostró una mejor estrategia en la pelea en que ambos se disputaron el cinto interino AMB. Después de agotarlo, encajar la pegada de Urbano y de cansarlo, con un uppercut de zurda lo disolvió frente la esquina visitante.
Quiero equivocarme, pero a pesar de que han sido victorias las dos peleas que han secundado a la contienda contra el Aguacerito, Antillón no ha sido el mismo. Ha sido su mismo boxeo frontal y su misma pegada, pero él ha mostrado una cara que puede esconder fatalidades.
En el mundo del boxeo existe un fenomeno que los ingleses denominaron Punch Drunk y que en terminos castellanos puede transladarse a Quedar Tocado. Se puede pasar a los rigurosos examenes médicos, pero un boxeador queda tocado después de una pelea de mucho castigo. Así veo, quiero equivocarme, a Antillón.
Muchos conocen la valía del Chirizo González y muchos pueden defender la pegada de Luis Antonio Arceo, pero la forma en que ciertos golpes marearon a Antillón en esas peleas, dan miedo en relación a la salud del boxeador mexicano. Nadie puede negarle esta oportunidad ante la Zorrita Soto, es algo con lo que siempre ha soñado, pero ¿en verdad algo se rompió en Urbano después de Acosta?
El villamelon
El hecho de que miles de jóvenes día a día se enrolen en la difícil actividad del boxeo no parece tener valor; le hecho de que pasó una vida difícil y que tuvo que tocar muchas puertas parece no tener valor, el hecho de que las facultades de Humberto Soto se han potenciado en el peso ligero parece no valer para él; parece que ya no le interesa el boxeo o que nunca le ha interesado de verdad.
Cuando Soto subió a los ligeros, nunca pensé ni probable que pudiera vencer al campeón de esos tiempos: Valero. Creía que la pegada de la Zorrita se quedaría en superpluma y que la edad, factor determinante, empezaría hacer estragos en el mochitense. Me equivoqué y he visto en las cuatro peleas que ha hecho, circundando el peso, a un peleador maduro.
Desgraciadamente algo que nunca he visto en Soto, dentro del cuadrilátero, es esa pasión por el triunfo. Soto no salta al ring al 100 por ciento. Deja la actitud fuera, se conforma con ganar los puntos y con humillar a los contendientes cansados que, no obstante, han estado cerca de ponerlo KO. Ni el avejentado Díaz, ni el gitano Domínguez ni el desorganizado Monterrosa, con ninguno ha metido el acelerador.
La actitud mediocre de Soto espanta, parece que aún no está enterado de que es campeón mundial, de los tantos que lo intentan y ni siquiera pasan del boxeo regional. Parece que esos días en los que pedía una oportunidad y le cerraron puertas no valen y no vale su familia. Si Soto no puede entregarse integralmente al boxeo y a sus peleas, es peligroso que siga peleando.
La pelea ante Antillón puede ser la oportunidad eso que ha quedado ha deber desde que Joan Guzman lo venció a los puntos. Ese coraje de peleador mexicano, que se muestre contundente en el golpeo o intransigente en la defensa, pero que no juege al gato y ratón con Urbano porque puede besar la lona y acabar con su carrera.
Pronóstico
La pelea, a simple vista se ve, va a ser más interesante que el duelo de injurias que ambos han trabajado para calentar una pelea que contendrá por el rating contra Saúl Álvarez. La pelea será cerrada y creo firmemente en que ambos tocarán la lona y la pelea se decidirá por allí del noveno round. Creo que a Antillón le ilusiona más la victoria que al campeón, por eso le apuesto el fuera de combate definitivo. La pelea será dramática.
Si Keb Bass dio la campanada venciendo a Niño, ¿por qué Antillón no podrá?; el yucateco, en mi conteó, se convirtió en el campeón mundial número 119 de nuestra historia. El mítico 120 de los monarcas aztecas bien puede ser un mexicano formado en Estados Unidos.