Me pregunto que hago,
escribiendo solo,
que pienso en el momento,
afuera pasto,
llano,
no hablo,
no entiendo un suspiro,
voces a mi lado
y ya estoy muerto
desde el principio;
quien se preocupará
de mi cuerpo,
sólo cuando apeste,
sólo cuando se infle,
volverán sus ojos
a la masa indeterminada,
no quedarán mis pestañas,
nadie sabra que decir,
incluso,
si alguno escuchó antes
mi voz,
sólo vera asco,
y más que asco:
dolor.
Entonces
amanecera un nuevo día,
nuevas caras,
nuevo sol,
el suelo sin marcas
reira en un atardecer
delicado,
la negrura del cielo
encumbrará su corazón;
preguntencelo a cualquiera,
que nadie lo notó,
solo tiesos palos
y arboledas,
tan solo esta ventana,
esta risa,
este cuerpo,
esta alma,
este misterio
y yo.
Vivo aun,
pero
pudrieondose
de melancilia,
grotesca,
infantil melancolía,
nadie me entiende,
lo sé,
solo,
muerto...
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