Es todo muy lindo, te dicen mete la mano derecha allá, camínalo, mete el jab, mátalo y todo lo que quieras, pero cuando suena la campana te dejan solo y ni el banquito te dejan.
-Óscar Ringo Bonavena, boxeador argentino
Puedes ganar por una paliza a tu oponente en 12 episodios, puedes ganar noqueando, lo puedes lograr anulando su ataque; pero también, y es una vergüenza, puedes ganar con ayuda externa: es preferible perder dando todo que robar un triunfo. Irma Sánchez y Juan José Montes mucho tienen que reflexionar sobre su futuro.
Los disfrutes del boxeo
Si algún argentino sostiene que Carlos Escopeta Monzón es el mejor boxeador que la pampa ha dado, puede tener razón, también la tiene quien recuerda a Nicolino el Intocable Locche como la excelsa figura del pugilismo rioplatense. México siempre proclama a JC Chávez como su mejor exponente, hay razones para afirmarlo; no olvidemos, sin embargo, las clases de lona que Miguel Maestro Canto y Ricardo Finito López dieron. De éste último, su hijo amenaza con seguir la tradición del boxeo técnico mexicano.
Aunque muy cuidada, la carrera del Finito II promete grandes cosas. La imaginación de qué hacer sobre la lona y el respeto por la estrategía son dos cosas que en un hombre de 24 años se notan a la distancia. Se nota también, que su carrera ha sido tardía y que los oponentes a los que se ha enfrentado con infinitamente inferiores a él: su estilo agrada, sus peleas peleas no.
Alonso López (8, 0, 3KO) tendrá en el futuro dos retos fundamentales para grabar su nombre en la mitología del boxeo mexicano. Primero, contender contra verdaderos boxeadores, que le exijan y que le abrán el paso a cinturones; segundo, dejar atrás a su padre, porque a leguas se ve que imita a rajatabla las maniobras que Ricardo utilizó exitosamente hace más de una década: debe ser un Finito autentico, que se sienta bien con sus propios lances.
El sábado pasado, como en sus anteriores peleas, Finito Jr. dio chizpasos de las combinaciones expectaculares que puede dar, del juego de cintura y de el uppercut. Chizpasos, digo, que no bastan para celebrar anticipadamente por un boxeador en proceso. El problema es que su tiempo en este deporte será más limitado.
En la misma función en la que participó Alonso López, realizada en el Poliforum Zamna de la capital de Yucatán, Mérida, José Barretas Pinzón (18, 1, ,1, 12Ko) alzó la mano en la división superwelter al tomar revancha del tico Jaime Indio Barboza (16, 4, 7KO) y noquearlo en el octavo round.
A diferencia del Finito II, Pinzón hizo gala de la fuerza y de un estilo abierto, aunque peligroso, que encendió al publico yucateco. Con tan reducido número de prospectos más allá del welter, esperamos ver a este toro en peleas más importantes y fuera de nuestro país.
Lo triste del boxeo
Podemos reclamarle su estilo rústico, podemos reclamarle su mala defensa, pero no podemos reclamarle que haya dejado la piel sobre el tinglado. Irma Güerita Sánchez (18, 4, 1, 5KO) simplemente fue borrada de la pelea por el título mundial femenil CMB minimosca; Naomi Togashi (8, 0, 1, 4KO) fue el espejo de lo que es la tapatía, enjundia, pero con una potencia muy superior.
El Coliseo de la Universidad de Guadalajara no se cansó de corear su mote, a pesar de que desde el inicio Togashi tomó el mando le la pelea y no retrocedió ni un centímetro ante los volados de diestra que Sánchez conectaba directo al mentón. A sus 35 años, la japonesa se convirtió en una locomotora o en la reencarnación de Harry Greb, con codos, puños, cabeza, con todo arrolló a la mexicana.
He oído muchas voces a cerca del que la Güerita no utilizó el educado jab al que tenía acostumbrada a la parcialidad tapatía: no existe tal jab, hay que reconocer que Irma carece de muchas cosas, al igual que Togashi, pero este 2 de octubre le faltó esa euforia que invadió por completo a la campeona defensora.
El séptimo fue su mejor episodio, pero el cansancio se apoderó de ambas y Sánchez ya no pudo lanzarse por el nocaut que hubiera cerrado con broche una encarnizada pelea. La tapatia ganó la pelea sólo por unos instantes, cuando el anunciador oficial equivocadamente dio las tarjetas del octavo a su favor y con un margen considerable: era la japonesa la que se habñia ganado esa apreciación de los jueces.
Si su esposo, principal fan y promotor, quiere en verdad a la Güerita, yo le acomsejaría que le pusiera un mejor entrenador a Sánchez o la retirara del boxeo. La decisión unánime que Tohashi le ganó no es la primera vez que le dan una tunda peligrosa a Irma, no será la última si sigue teniendo el mismo estilo (yo afirmaría, incluso, que Mariana la Barbie Juárez le dio con más fuerza).
Ana María la Guerrera Torres trabajo en el cierre de su preparacíón y declaró que Sánchez venía muy fuerte, creemos en la mexiquense pero también creemos en que el corazón no basta para ganar las peleas. Hace falta eso y un buen trecho más.
En la pega estelar Juan José Goofy Montes (19, 1, 12KO) ganó la oportunidad para contender por el campeonato mundial CMB supermosca al ganar el favor de los jueces frente al trabajo realizado por Silvester Stallone López (14, 3, 1, 10KO).
El Goofy no mostró por qué debe ser él el campeón del mundo, la zurda del filipino lo machacó arriba y abajo, le inflamó el pómulo izquierdo, le abrió el párpado derecho (con un golpe limpio a juzgar por el contorno del corte), le provocó una hemorragia nasal y paró la furia de Montes desde el tercer episodio.
López, en los cinco episodios que duró la pelea, estuvo cazando al temible cazador que significa Juan José. Desde la primera tanda Montes mostró su poder y mandó a la lona al filipino, pero fue incapaz de adaptarse al complicado estilo de éste.
Hubo por lo menos tres cabezasos, producto de los estilos de ambos púgiles. Revisando la pelea una y otra vez se nota que el segundo de estos encontronazos afectó precisamente la ceja derecha de Goofy, pero no la abrió, lo que si hizo el golpeo constante a esa zona de la zurda de Silvester.
Con el 10-8 del inicio y el punto que injustamente se descontó a López, quizás la decisión se justificaría a favor de Montes, pero es un hecho que las calificaciones debieron ser más cerradas y, a mi juicio, a favor del visitante. La victoria finalmente fue concedida al tapatío, lo que lo expone no sólo a las críticas sino a que se confíe, que confíe en ese boxeo lento y sin estrategia ante Tomás Gusano Rojas.
Juan José no ganó bien, ni convenció y estoy seguro tampoco quedó satisfecho consigo mismo. Pero si en verdad es un hombre de clase mundial tendrá que aceptar y corregir sus muchos errores. Si cree en todas las alabanzas que dicen hizo una excelente pelea, está destinado a fracasar.
Yo le deseo mucha suerte, porque es un hombre que ama al boxeo. Le deseo que no lo sobreprotejan y que su boxeo mejore al 100%.
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